Jornadas Internacionales de Modernización del Discurso Jurídico (días dos y tres)

Como no me gusta dejar las cosas a medias, voy a relatar cómo fueron los dos últimos días de las Jornadas de Modernización del Discurso Jurídico.

El viernes comenzó con una conferencia del Dr. Julio Borrego Nieto, catedrático de lengua española en la Universidad de Salamanca, sobre las plantillas procesales. Yo me perdí la conferencia porque me desperté tarde (es lo que pasa por tener la mala costumbre de acostarse a las dos de la madrugada), así que no puedo decir gran cosa sobre ella.

Después del descanso para almorzar, a las once de la mañana, empezó la conferencia del Dr. Salvador Gutiérrez, catedrático de la Universidad de León, y académico de la RAE (sillón S). Su conferencia trató sobre el proyecto de modernización del lenguaje jurídico, sus motivos, y objetivos. Resultó bastante amena e interesante.

El último acto antes de la hora de comer fue la tercera y última mesa redonda, que trataba sobre cómo se había concretado estos procesos de modernización en otros lugares. Primero, la Dra. Cristina Carretero (Universidad Pontificia de Comillas) dio una breve introducción sobre qué había ocurrido en algunos países de Europa, en E.E.U.U., y en Latinoamérica. Pasamos después con el señor Ingemar Strandvik, que nos habló del caso de Suecia, en el que pudimos observar cuán avanzados iban los suecos en este proyecto (empezaron en los años sesenta). La siguiente fue la Dra. Conceição Carapinha (Universidade do Coimbra), que nos introdujo el caso de Portugal. Como ella no sabía hablar castellano, tuvo que darnos su parte de la conferencia en portugués, pero no supuso mucho problema (al menos para mí, a pesar de no haber tenido contacto con el idioma más allá de alguna canción puntual). De hecho, las diapositivas eran fáciles de traducir. Finalmente, el último ponente fue el Dr. Antoni Llabrés (Universidad de Valencia), que habló principalmente del caso de Cataluña, y dio algunos datos sobre Valencia y las Islas Baleares.

Después de comer, empezaron los talleres, de carácter más práctico y participativo. El primero de ellos trataba sobre la aplicación de la lingüística al derecho, para optimizar el discurso judicial, y hacer más comprensibles los documentos. El otro trató sobre la posible tarea del lingüista como perito judicial, como por ejemplo, para detectar plagios en la literatura; y nos hablaron del caso concreto de la novela Sabor a hiel de Ana Rosa Quintana, que contenía fragmentos iguales, no de una, sino de tres novelas anteriores. Con este taller se dio fin al segundo día de las jornadas.

El sábado solo estaban previstos dos talleres, ambos realizados por profesores de la propia facultad. El primero, impartido por las profesoras Julia Sanmartín y Virginia González, trató sobre la elaboración de glosarios de lenguaje jurídico, tanto dirigidos a los ciudadanos sin muchos conocimientos sobre el tema, como para los propios expertos. El último acto de las jornadas corrió por parte del profesor Antonio Hidalgo, sobre el tono y la pronunciación en la sede judicial, y los errores que hay que evitar.

En resumen, han sido tres días (dos y medio, si alguien quiere hilar fino) muy interesantes, y que abren las puertas a los filólogos que no quieran dedicarse a la docencia, y puedan ver en esto una posibilidad de futuro. Y además importante, porque este trabajo cooperativo de lingüistas y juristas tiene consecuencias positivas para todos los ciudadanos.

Resumen de la primera jornada: http://reflexionesdeunapatataenlafreidora.blogspot.com.es/2013/11/jornadas-internacionales-de.html

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